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Medicion remota del CO2 al interior de las viviendas de los vecinos de Plaza Dignidad durante la pandemia

Medición remota del CO2 al interior de las viviendas de los vecinos de Plaza Dignidad durante la pandemia

El proyecto principal consistía en que los gases provenientes de las lacrimógenas podrían estar afectando a las personas al interior de las viviendas.

Académicos de la carrera de Arquitectura de la Universidad de Santiago de Chile midieron el CO2 al interior de las viviendas de los vecinos de Plaza Dignidad durante el año 2020, a través de un sondeo con tecnología del departamento de Física Ambiental de la misma universidad.

El proyecto, encabezado por Diego Moya, Carmen Melo y Alexandre Carbonnel, académicos de la Facultad de Arquitectura de la USACH tuvo vinculación con Felipe Martínez, representante de la ONG Azoteas Verdes, quien proporcionó la gestión comunitaria con los vecinos de la Plaza Dignidad.

Existía una expectativa de un escenario en marzo 2020 para el proyecto, donde las manifestaciones siguieran y se pudiera medir cómo afectan los gases lacrimógenos a los vecinos de Plaza Dignidad. Sin embargo, el plan principal se tuvo que modificar producto de la pandemia, ya que la medición de la contaminación al interior de las casas era imposible por el confinamiento.

Tras un catastro sobre la salud mental y física de los vecinos, producto de las constantes manifestaciones en el entorno, se les planteó el proyecto de investigación a mediados de año donde, a partir la imposibilidad de hacerlo de forma presencial por el confinamiento, ellos mismos podrían levantar los reportes desde sus casas, de forma remota.

En esta instancia contaron con la colaboración de Ernesto Granch, encargado del departamento de Física Ambiental de la USACH. Al respecto, Moya explica que esto significó una fortuna para el equipo: ”El vínculo multidisciplinario que se dio de una forma tan casual fue muy gravitante para la investigación, pues fue justo en plena pandemia, habíamos hecho la encuesta y no sabíamos muy bien cómo avanzar”, agregó.

En septiembre del mismo año, comenzaron las mediciones del aire interior de las viviendas de siete vecinos, mediante el uso de unas cajas medidoras con sensores ópticos de distintos gases, entre los cuales se incluyó uno de CO2. Los datos de los monitores se iban a retirar cada quince días.

Sobre esta innovación tecnológica, Melo comenta que “cuando te vinculas con otra disciplina, como la física, siempre estarán generando aparatos o equipos que pudiesen visibilizar lo que nosotros queremos y no sabemos cómo”, agregó que “te das cuenta de que hay respuestas y puede ser mucho más impactante”.

La arquitecta considera que este proyecto “introduce el monitoreo del CO2 al interior de las viviendas, algo que actualmente está muy en boga”, refiriéndose a la calidad del aire en interiores a partir de la pandemia. Explica que, “estamos todo el tiempo liberando CO2, a ciertos niveles puede ser aceptable, pero después puede ser muy perjudicial, de forma que no hay estudios claros sobre los límites absolutos de estas consecuencias en torno a la salud”

Durante algunas manifestaciones del 2020, en medio de la pandemia, Diego Moya explica que uno de los hallazgos de la investigación arrojó que el nivel de contaminación atmosférica del sector es alto en sí mismo, “sí es cierto que en algunos casos se manifestaban algunas fluctuaciones mayores, pero la verdad es que los niveles ya eran bastante altos”, afirmó.

Por lo tanto, no se podían explicar los niveles de contaminación al interior de las viviendas como producto de los eventos ocurridos en el exterior, no son correlacionales. Melo agregó que incluso en días donde no había manifestaciones se presentaban rangos mucho más altos.

Finalmente, el estudio revela que hay que establecer ciertos cuidados del ambiente interior, ya que la contaminación del aire interior se relaciona con el manejo doméstico de la ventilación y limpieza. Hay factores ambientales que inciden y que se suman a esto, así como la arquitectura de las viviendas, es decir, el diseño y posicionamiento del espacio, la cantidad de ventanas, el entorno urbano, transporte vehicular, etc.